Gonzalo Casas Pessino

Me licencié en Letras y Humanidades por la Universidad de George Washington hace casi veinte años, pero ya entonces sabía que mi inclinación natural por querer y admirar a los perros tenía que convertirse en el eje central de mi carrera. Años después, inicié una serie de cursos que me permitió ampliar mis conocimientos en torno al mundo de los perros, un mundo apasionante que yo sólo intuía. Así que estudié en Cafa Arcade (Edutel) para obtener una diplomatura como auxiliar veterinario y al mismo tiempo, a través de mi aportación voluntaria en la Fundación Arca de Noé, ofrecí mi tiempo libre asistiendo y ayudando a perros abandonados. Eran trabajos sencillos pero muy gratificantes, como son paseos diarios, la limpieza de las jaulas, que hoy puedo decir que me enriquecieron enormemente.

Una vez adentrado en este mundo es difícil abandonarlo y las posibilidades de formación son amplísimas. Así que seguí apostando por los perros y hasta la fecha he realizado un curso de adiestramiento individualizado en el Centro Canino Malilupus, entrenando con diversas variedades de ejemplares en Obediencia Básica; completé con éxito dos cursos de formación en el centro de adiestramiento canino Educan, para la corrección de conductas del perro; y otro más como técnico de terapia asistida por perros. Además, he asistido a otro curso de formación en Bocalán, Fundación dedicada a la Terapia Asistida con Animales.

Tengo la suerte de ser trilingüe en español, inglés y francés y hablar algo de italiano, lo que me permite estar muy al día de los avances que se hacen en torno al mundo de la Terapia Asistida con Animales en diferentes países de nuestro entorno.

La principal razón por la cual emprendo este proyecto es para ayudar a personas con diversidad funcional a llevar una vida mucho más digna y más sana, y, en definitiva, mucho más feliz. Una de mis principales motivaciones se centra en el motor de potenciación que supone un perro, como animal de terapia y de compañía. Como objetivo final, me guío en torno a la importancia que supone para una persona con diversidad funcional, su integración en la sociedad y en la sensibilización social que esto requiere. Para lograrlo, intentaremos que el animal asista como herramienta de soporte en la terapia asistida para el proceso general de la terapia del individuo.

Nunca pensé que este mundo fuera tan apasionante y que con el amor y el afecto de los perros se pudiera conseguir tanto.